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Libertad, modelo de trascendencia griego

[fa icon="calendar"] 22-sep-2017 10:11:30 / por Rubén Urtuzuástegui Jiménez

Libertad,-modelo-de-trascendencia-griego.jpgLa cultura griega influyó notoriamente en las civilizaciones antiguas de oriente. Continuó los patrones del destino, retomó los conocimientos egipcios y en su cosmogonía concurrían muchos dioses. El dominio sobre la tierra y el ganado le permitió crear asentamientos permanentes e integrarse al flujo del comercio, de la zona de influencia persa y de los conocimientos de oriente.

Sin embargo, el pueblo griego hizo algunas aportaciones creativas que rompen por completo los patrones de su época. Su cosmogonía politeísta se basa en una sociedad de dioses antropomorfos: humanos amplificados con una diferencia clara entre la naturaleza humana y la divina.

El único mortal capaz de entrar en el Olimpo fue Hércules, quien ya tenía naturaleza divina, el resto alcanzaron el Hades o inframundo. Esto refleja que el ser humano no era considerado dios. Sus dioses antropomórficos les permitieron plantearse patrones de comportamiento y su claro deseo de trascendencia –el hombre estaba llamado a la inmortalidad- los llevó a desarrollar modelos que pudieran alcanzar este fin.

Para entender su modelo de trascendencia, conviene recordar otras aportaciones sustanciales como el pensamiento lógico y racional. Establecer leyes y patrones del pensamiento y aplicarlos a la naturaleza transformó su manera de ver el mundo. Al sistematizar el pensamiento a través del patrón de causas y efectos junto con el desarrollo de las premisas que dieron origen a la lógica, concluyeron que la naturaleza no es un dios, sino un recurso al alcance de los hombres y que también sigue reglas fijas y determinables y dispusieron que el hombre podía servirse de ella y no al revés.

El empuje de este descubrimiento los llevó a estudiar al hombre y a desarrollar el pensamiento filosófico. Las preguntas básicas sobre la finalidad del universo y de la vida maduraron a tal grado, que el hombre se fue haciendo grande y sus dioses pequeños.

El pensamiento filosófico los llevó a plantear un modelo de trascendencia que implicaba que el hombre estaba llamado a una existencia por encima de la del animal. Aunque el cuerpo y las necesidades externas son importantes, el hombre podía desarrollar capacidades internas muy superiores a las de los animales. A la búsqueda del sentido de la vida se le denominó la <<gloria griega>> que sólo podía alcanzar un prototipo elevado del hombre.

Su afán de trascendencia influyó en la búsqueda de ese hombre superior. Ese concepto que se trabajó por mucho tiempo, llegó a su madurez con Aristóteles: ¿por qué el hombre tiene sed de inmortalidad? A diferencia de los animales, quiere algo más y sólo él se plantea la muerte como reto; ningún otro ser vivo lo hace. Se deduce entonces que la naturaleza humana es distinta, sólo él percibe y demanda la inmortalidad.

¿Cómo se logra la inmortalidad? La primera respuesta es una certeza negativa: no puede provenir del cuerpo, de lo más animal del hombre. Del cuerpo proviene fatiga, vejez, enfermedad y muerte. El pensamiento filosófico los llevó a comprender que la inmortalidad podría alcanzarse a través de las acciones, actos que en vida dejen huella. Una acción o conjunto de acciones tan elevadas o asombrosas, que te lleven a la memoria de tu pueblo y a la gloria. A diferencia del pueblo egipcio, que embalsamaba a sus muertos buscando en el cuerpo la inmortalidad; los griegos lo quemaban.

El modelo elevado de hombre se alcanza al educar sus facultades superiores, las virtudes. El hombre virtuoso será capaz de sobreponerse a sus instintos y alcanzar las hazañas necesarias para pasar a la memoria de su pueblo, alcanzar la gloria.

Este modelo fue tan poderoso e inspirador que los griegos consideraban bárbaros a todos los demás pueblos y calificaban de <<animales>> sus estilos de vida, incluido el de los persas, la civilización más poderosa del mundo en ese entonces. Imaginemos qué pensaría un filósofo griego de individuos cuyo dios era un gato, o de quienes se dejaban llevar por todo tipo de placeres corporales.  En la escuela del agogé, se impartía como lección ver a los esclavos comer y beber, hasta hartarse y emborracharse, para observar su pobreza interior y concluir que <<viven como animales>>.

Otro planteamiento que rompió paradigmas y provocó una guerra entre griegos y persas fue rechazar el concepto del destino y anteponer la idea griega del ciudadano, del hombre libre. Persia se ostentaba como un imperio imparable a cuyo destino estaba sometido el de todos los pueblos, ya que no había otro más grande y esplendoroso. La atractiva idea de convertirse en ciudadano con capacidad de elección causaba enorme inquietud en el imperio.

Los griegos concretaron sus modelos de trascendencia humana en héroes como el guerrero virtuoso, el sabio volcado a la vida interior, el político entregado a la vida pública y el ciudadano libre.

Publicado originalmente en la revista ISTMO el 20 de noviembre del 2013.

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Topics: Filosofía, libertad, Cultura Griega

Rubén Urtuzuástegui Jiménez

Escrito por Rubén Urtuzuástegui Jiménez

Rubén Urtuzuástegui Jiménez es Doctor en Gobierno y Cultura de las Organizaciones, Universidad de Navarra, Summa Cum Laude. Maestría en Gobierno y Cultura de las Organizaciones, Universidad de Navarra. Máster en Dirección de Empresas para Ejecutivos con Experiencia (MEDEX). Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE). Licenciatura en Ingeniería Industrial, Universidad Panamericana (UP). Carrera Técnica en Mécánica Automotriz y Diésel. Profesor del área de Factor Humano en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE). Competidor de primera fuerza nacional de Judo.

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