Familia y Sociedad

La familia como principio de hospitalidad

[fa icon="calendar"] 25/07/16 8:12 / por Bernardo Sosa

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La familia juega un papel de suma importancia en el ser humano, por ser una figura de ejemplo y constante aprendizaje en él. De allí se adquieren los principios, valores y las principales herramientas para el desenvolvimiento de la persona ante la sociedad. Por dicha razón, la hospitalidad dentro de la figura familiar puede ser considerado como un principio vital en su desarrollo.

1.- Recordemos la definición de hospitalidad.

Una de las formas en las que la RAE define hospitalidad es buena acogida o recibimiento que se hace a los extranjeros o visitantes. Otra de ellas es: Virtud que se ejercita con peregrinos, menesterosos o desvalidos, recogiéndolos y prestándoles la debida asistencia en sus necesidades.

La segunda de ellas servirá mejor para tratar el tema de este escrito: la familia como principio de hospitalidad. La ayuda a los demás debe forjarse desde dentro, desde el calor del hogar dónde las virtudes son enseñadas con el ejemplo y la hospitalidad se vive desde el nacimiento como una actitud natural de servicio. 

2.- ¿Por qué la familia?

Quizás muchos piensen que está pregunta es muy obvia. Sin embargo, la mayoría de las veces la solución a los problemas se encuentra en lo obvio. No hacen falta muchas estadísticas, ni pruebas empíricas para llegar a la conclusión de que la desintegración familiar conlleva muchos problemas sociales. Me parece que la explicación más sencilla de esto es que en la familia aprendemos y experimentamos todo por primera vez. Las primeras nociones de lo que es bueno y lo que es malo las adquirimos gracias a lo que observamos de nuestros padres y de nuestros hermanos, y así nos vamos formando un criterio, confiando plenamente en que los seres que nos quisieron primero, es decir, nuestros padres, actúan de manera correcta. 

3.- Riesgos de la desintegración familiar.

Es un hecho que, hoy en día, la familia está en crisis. El número de divorcios y la facilidad con la que los procedimientos legales los facilitan es una manifestación de que la familia ha sufrido una ruptura dentro de su núcleo. No se diga ya el bajo número de jóvenes que quieren formar una familia.

Es evidente que vivimos en una sociedad egoísta, y esto es una prueba más de la crisis familiar. Los valores y el desprendimiento personal en aras del bienestar del otro se aprenden, por primera vez, dentro de la familia. Los padres se donan a los hijos (en la mayoría de los casos) sin pedirles nada a cambio. La madre es capaz de dar la vida con el fin de que su hijo se salve, no es necesario estudiar libros sobre ética para llevar a cabo el ejercicio de las virtudes. En la familia se aprenden y se viven de manera natural, sin necesidad de construir un aparato intelectual para justificarlo.

Las llamadas "muertas de Juárez" y las pandillas son dos ejemplos de las consecuencias de la desintegración familiar. Dicho de manera rápida y seguro con errores, el primer caso tiene su origen en la migración de los hombres a Estados Unidos, en busca de nuevas “oportunidades”. Las madres solteras se vieron y todavía se ven obligadas a sacar a sus hijos adelante. La violencia ejercida contra la madre en una situación de vulnerabilidad impacta a los hijos de una manera que quizá no tenga vuelta atrás.  Así, generación tras generación, se va rompiendo el sentido de pertenencia a un núcleo, dónde se supondría adquirirían los valores y las herramientas para ser buenos ciudadanos. 

Me parece que la pandilla es un fenómeno que se deriva de lo anterior. Una de las razones principales de la formación de pandillas es la pertenencia. El joven quiere pertenecer, ser parte de algo donde su vida cobre sentido. Ya dijo Aristóteles que el hombre es un animal social. La necesidad de relacionarnos con otros es parte de nuestra naturaleza. Pero la pregunta es ¿sí ese joven, o esa joven, se hubieran sentido parte de una familia, desde el principio, hubieran pedido entrar en un grupo de delincuentes?

La persona es capaz de decidir que hace con su vida, el ser humano es un ser con capacidad de decisión. Sin embargo es claro que, si la hospitalidad y los valores no los vivimos en nuestra familia, será muy difícil que nos comportemos así con las demás personas. Aunque, siempre puede haber casos aislados que prueben lo contrario.

 

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Topics: Familia, Valores, Principios familiares, Hospitalidad

Bernardo Sosa

Escrito por Bernardo Sosa

Bernardo Sosa Iñigo es Licenciado en filosofía por la Universidad Panamericana. Además, estudió el programa Introducción a Dirección de Empresa (IDE) y el curso Finanzas para no financieros en la Universidad Panamericana. Trabajó dos años como asistente académico del Dr. Héctor Zagal. De mayo 2015 a diciembre 2020 trabajó como asistente del Director de la Cátedra Carlos Llano UP-IPADE, y como director de contenidos de la página web. Además, actualmente, se encuentra estudiando la especialidad en Psicoterapia Gestalt en el Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt.

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