Filosofía

Filosofía y empresa

[fa icon="calendar"] 4/10/16 7:00 / por Diego Espinoza Bustamante

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El Dr. Carlos Llano nace en la Ciudad de México el 17 de febrero de 1932. Estudió la primaria en el Colegio México. En 1942, la familia Llano Cifuentes se mudó a Madrid, lugar donde Llano estudiaría el bachillerato en el Colegio de Nuestra Señora del Pilar. Fue en el Colegio de Nuestra Señora del Pilar donde Llano ocupó el cargo de director de la revista estudiantil Soy pluralista.

Luego de finalizar el bachillerato en 1949, Llano se decidió a estudiar la licenciatura de filosofía, inscribiéndose en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid. Al mismo tiempo, Llano estudiaba economía, pues eso le facilitaría administrar los negocios de su familia. 

Llano pidió su admisión al Opus Dei como miembro numerario en 1949. Hacia 1950, decide dejar Madrid para cambiarse a la Universidad de Zaragoza, con la ilusión de vivir en un Colegio Mayor de la Obra. Finalmente, los planes de Llano dieron un giro, y se trasladó a Roma para cursar estudios de filosofía en la Universidad de Estudios de Santo Tomás, universidad mejor conocida como el Angelicum.

En el Angelicum, Llano tomó las lecciones impartidas por Garrigou-Lagrange, poniéndose en contacto con las obras de Juan de Santo Tomás, Tomás Cayetano y Santiago Ramírez. Ahí mismo, Llano entró en contacto con Carlos Cardona y Fernando Inciarte, con quien mantuvo cierto intercambio intelectual, intercambio que ayudó a templar el neoescolasticismo en el cual Llano había sido formado. En 1952, Carlos Llano alcanzó el título de doctor con la tesis Presupuestos sobre el conocimiento del principio de no contradicción. Para esos momentos, Llano contaba con tan sólo 20 años de edad.

 

Carlos Llano en México

En 1955, Carlos Llano regresó a México. Llano se involucró en La Suiza, una fábrica de chocolates que pertenecía a su padre, Antonio Llano. El primer trabajo que realizó Llano en La Suiza fue como jefe de compras y, años después, llegó a ser gerente de esa área. Luego en 1959, Llano fundó la revista Istmo, en conjunción con algunos colegas y amigos suyos, y la dirigió hasta el año de 1984. Tras haber abandonado la dirección de Istmo, Llano se mantuvo como miembro del Consejo de Dirección y como asiduo colaborador.

Hacia 1964, Llano intentó convalidad su título de doctorado en la UNAM. Como sea, lo que Llano sí logró conseguir fue el título de licenciado en filosofía mediante su título de doctorado eclesiástico. Esta maniobra lo habilitó para inscribirse al doctorado de filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, lugar donde siguió los cursos de Ricardo Guerra, Eduardo Nicol y José Gaos, y conoció a Adolfo Sánchez Vázquez. Si bien es cierto que Carlos Llano terminó los cursos de doctorado, no pudo escribir otra tesis doctoral: la fundación del IPADE estaba al acecho. 

 

Su visión de negocio

Interesado por ampliar la mirada de los hombres de negocios y por dotar a las empresas de un sentido social cristiano, Carlos Llano, de la mano de otros empresarios, emprende la fundación del IPADE hacia el año de 1967. De 1968 a 1994, Llano presidió el Consejo Superior del IPADE. Entre 1968 y 1970, Llano participó en la fundación de la Universidad Panamericana, universidad que nació inicialmente como el Instituto Panamericano de Humanidades.

La misión que Llano tenía en mente para la fundación de la Panamericana era dar una educación integral en la cultura, enmarcada en un contexto donde la proximidad entre los agentes de la universidad fuera esencial. En efecto: Llano tenía claro que la misión de la universidad es la formación cultural, y no sólo la instrucción especializada. En 1968, Llano y otros empresarios se dieron a la tarea de fundar el ICAMI, institución que ha sido el primer centro de formación y de perfeccionamiento directivo para los mandos intermedios de las empresas.

Con un propósito análogo, en 1970 se fundó en Monterrey el Instituto de Mandos Intermedios, institución de la cual Llano figura como uno de los miembros fundadores. En 1983, Llano participó como miembro del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana, mejor conocido como Imdosoc, institución enfocada al estudio y enseñanza de la doctrina social de la Iglesia Católica. En este mismo orden de ideas, Llano fue miembro honorario la Unión Social de Empresarios de México (USEM), asociación fundada en 1957, cuyo interés principal es difundir el pensamiento social cristiano.

En 1993 se creó la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México y su respectivo consejo, del cual Llano formó parte hasta el año 2000. En 1994, Llano recibió la Medalla de Honor al Mérito Empresarial de la Cámara Nacional de Comercio. Y, ese mismo año, se integró al consejo editorial de la revista Expansión. Tres años después (1997), la Junta de Asistencia Privada le ofreció la presidencia del Patronado de Montepío Luz Saviñón.

 En 1999, Llano recibió el Premio Eugenio Garza Sada y en 2001 el doctorado honoris causa por la Universidad de Piura y el Premio Nacional a la Excelencia del Centro Universitario Grupo Sol. En 2004, Llano fue incluido en el Salón del Empresario y en 2006 pasó ser miembro de la Fundación Mexicana de Reintegración Social (Reintegra). Muere el 5 de mayo de 2010 de un paro cardiaco en una playa de Miami, lugar en el cual se encontraba para resolver unos negocios familiares. 

 

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Topics: Management, Carlos Llano, Ética, Filosofía

Diego Espinoza Bustamante

Escrito por Diego Espinoza Bustamante

Licenciado en filosofía por la Universidad Panamericana. Actualmente trabaja como adjunto de rectoría de la Universidad Panamericana y como Asistente de Investigador adscrito al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Sus intereses filosóficos tienen que ver con metafísica de la mente, metafilosofía, filosofía cristiana y teorías de la verdad. También le interesa la historia de la filosofía medieval, de la filosofía analítica y del pragmatismo americano, así como el cultivo de autores; por ejemplo, Santo Tomás de Aquino, Guillermo de Occam, John Dewey, Ludwig Wittgenstein y W. V. O. Quine.

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