Academia

¿Debe una universidad enseñar ética a sus alumnos?

Según Carlos Llano Cifuentes, fundador del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE) y de la Universidad Panamerica (UP), la familia es el ámbito principal donde las personas aprenden a formar su carácter.[1] Sin embargo, la enseñanza de la ética (formación del carácter) es algo que debe ser reforzado continuamente so pena de ablandarse y olvidarse.

Las autoridades de las universidades deben reconocer el compromiso que tienen con cada persona que estudia en sus aulas, teniendo conscientes que no sólo están formando un profesionista, sino también un ciudadano. Las implicaciones de una buena o una mala formación universitaria se verán reflejadas en asuntos que conciernen a todos. Si las universidades enseñan que el enriquecimiento desmedido y la ambición sin límites son las mejores vías para obtener éxito en el ámbito laboral, seguramente la economía del país sufrirá las consecuencias.

Dicho lo anterior, la universidad debería tener el compromiso de formar el carácter de sus alumnos; si forzamos un poco más esta declaración, el gobierno debería exigir a las universidades la enseñanza de la ética, so pena de formar profesionistas que, más que soluciones, causen problemas al privilegiar la competencia por encima de la solidaridad y el compromiso.  

¿Es suficiente enseñar doctrinalmente la ética?

Ya dijimos que las universidades deberían de enseñar ética. Sin embargo, la cuestión es determinar el cómo. ¿Será suficiente explicar que dice Aristóteles o Tomás de Aquino? ¿Realmente se puede medir el desarrollo del carácter de los alumnos por las calificaciones que obtienen?

Me parece que una pieza clave en la formación del carácter es el ejercicio de las virtudes, la puesta en práctica de la doctrina, no su memorización. Podemos decir que alguien sabe ética cuando la vive, puesto que la finalidad de la ética, al ser una ciencia práctica, consiste en aplicarla.

No estoy diciendo que la enseñanza doctrinal de la ética este mal, es cierto que nadie quiere lo que no conoce. Sin embargo, la universidad debe fomentar la formación del carácter a través de prácticas como el servicio social, la aplicación de las normas escolares, los deportes y la disciplina.

¿Qué relación tiene el comportamiento del profesor con la enseñanza de la ética?:

Finalmente, es importante resaltar el compromiso que tiene un maestro de ética para con sus alumnos. Ellos deben ver sus enseñanzas materializadas en la persona del profesor. De nada servirá que las calificaciones de los alumnos sean muy buenas si descubren que el profesor está involucrado en un fraude, o que su palabra está en entredicho. La coherencia entre las palabras y los actos debe ser el tesoro más preciado para un profesor de ética, su persona y no sus palabras deben ser la fuente de la que emane el conocimiento que sus alumnos absorberán y procesarán.

[1] Cfr. LLANO Carlos, Formación de la inteligencia, la voluntad y el carácter, Trillas, México, 1999, p. 126