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Valores familiares cristianos

Escrito por Bernardo Sosa | 17/07/17 11:01

Hoy en día no es fácil confiar en la educación que los niños y jóvenes están recibiendo en las escuelas. Con un afán “progresista” e incluyente se les está enseñando contenidos que deberían ser consultados con sus padres primero.

Modelo educativo 2016

En el modelo educativo 2016 podemos leer que “Es primordial que la educación se proponga formar a los estudiantes en la convicción y capacidades necesarias para contribuir a la construcción de una sociedad más justa e incluyente, respetuosa de la diversidad, atenta y responsable hacia el interés general.”Sin embargo, creo que dicha educación debería ser cuestionada con base en la finalidad que los padres buscan con respecto a la educación de sus hijos. No dejándole a la escuela y a los maestros (cuya educación en virtudes puede ser dudosa) la responsabilidad de formar, no ya el intelecto de sus hijos, sino el carácter.

Familia y valores morales

Es en la familia dónde se deben forjar los valores que constituirán parte esencial del comportamiento de la persona en un futuro. La honestidad, la responsabilidad y la caridad son elementos que deben ser enseñados con el ejemplo, siendo los padres los responsables principales de esta tarea.¿A qué me refiero por valores familiares cristianos? Principalmente al ejemplo que reciben los niños de sus padres y hermanos, ejemplo que se encuentra impregnado por la religión cristiana (católica).Para poner casos concretos y con ello ejemplificar a que me refiero, pensemos en dos hermanos que se pelean. La enseñanza de los valores iniciará cuando la madre o el padre expliquen la importancia del perdón para la construcción de la armonía familiar e inciten a los hermanos a reconciliarse. Otro ejemplo podría ser el conflicto por el mismo juguete, dónde los padres deben fungir como educadores principales, instando a sus hijos a compartir lo que es suyo, aun cuando estos no quieran hacerlo. La educación del carácter comienza por aprender a ceder ante pequeñas cosas, con la finalidad de ayudar al bien común y a la armonía. Claro que sí estos valores cristianos no son enseñados y ejercitados dentro de un ámbito familiar, serán muy difíciles de ser puestos en práctica en la escuela y mucho menos en la empresa o en el gobierno.

Familia vs. escuela

Lo que en la familia no se enseñe, difícilmente se aprenderá en la escuela. Aunque en muchas ocasiones es de gran ayuda que la educación que se recibe en el colegio este impregnada de los valores cristianos como la caridad, la ayuda a los más desfavorecidos, la castidad, el matrimonio, etc. Sobre todo porque la escuela es dónde los niños y jóvenes pasan gran parte del día. Dicho lo anterior, me parece que se puede concluir que lo que no se aprenda en casa difícilmente podrá ser enseñado en la escuela. Es por eso que las instituciones (escuelas, universidades, empresas) tienen el deber de procurar la defensa de la familia, porque es en esta dónde se aprenderán y ejercitarán los valores que las personas demuestren y apliquen en los lugares donde estudien y trabajen.

Defensa de los valores familiares

Los valores familiares cristianos deben ser defendidos y promovidos, no ya porque se esté de acuerdo o no con la religión, sino porque son efectivos para la construcción de personas éticas y responsables; de ciudadanos libres y preocupados por las necesidades de los demás. Si no defendemos estos valores, otros ocuparán su lugar. El egoísmo y el oportunismo; la corrupción y la mentira; la indiferencia y el maltrato al débil; la violencia y el sin sentido. Mismos que, por cierto, imperan hoy en día en muchos estados de la República donde la violencia hace imposible la convivencia. Dentro del mismo gobierno y de algunas empresas, donde la corrupción parece ser aplaudida y donde parece no haber el mínimo interés por el bien común y por la ayuda al más desfavorecido. En mi opinión, no existe otra solución a la corrupción, a la violencia y a la indiferencia, que la promoción de los valores familiares cristianos. Con la intensión, posteriormente, de ejercer enseñar (con el ejemplo más que con la palabra) dichos valores a otras instituciones como la empresa y el gobierno.