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Violencia en el ámbito laboral 

Escrito por Bernardo Sosa | 12/09/16 11:00

La violencia laboral es un problema que ha ido escalando a lo largo del tiempo. ¿Qué podemos hacer para evitarlo? Aquí te damos una aproximación al problema, aunque aún quede mucha reflexión al respecto.

¿Qué es la violencia laboral?

La violencia laboral es “Toda acción ejercida en el ámbito del trabajo que manifieste abuso de poder por parte del empleador, del personal jerárquico, de quien tenga la función de mando, de un tercero vinculado directa o indirectamente con él o de quien tenga influencias de cualquier tipo sobre la superioridad”.[1]

Este tipo de violencia también es llamada Mobbing, y es considerado bullying laboral. Con el tiempo, estas acciones ejercidas contra el trabajador van diezmando su autoestima y afectando su dignidad.

El origen de la  palabra Mobbing se refiere a “la conducta de los animales de arrinconar al más débil del grupo. Esta acción es intencional[2]. Las personas, muchas veces, tendemos a buscar un chivo expiatorio en el que materializamos frustraciones que no podemos aceptar y enfrentar por nosotros mismos. Descargamos nuestra tensión y estrés contra aquellos que sabemos lo podrán aguantar, nos volvemos cobardes y buscamos alianzas para encontrar una válvula de escape que tome en su “cruz” todos nuestros errores.

Quizá debamos admitir que el bullying escolar, muchas veces, no desaparece cuando la persona “madura”, sino que se transforma en acoso laboral. La persona continúa desahogando sus frustraciones personales contra aquel que se deje, sobre todo si es débil o tiene baja autoestima.

 

La violencia en el trabajo: un problema mundial

Una de las características de este “mundo” tan globalizado es la desaparición de “fronteras”. Gracias a la tecnología, podemos acceder a información sobre un país que se encuentre muy lejos de nosotros. Así como los avances tecnológicos se dispersan casi por todos lados, así también el Mobbing. No podemos decir que la violencia laboral depende de ciertas circunstancias que parten de unas costumbres o una cultura específica, el stress que se presenta en las empresas y las consecuencias que este genera en la salud de las personas, así como en las prácticas nocivas que se viven día a día en una empresa y en la sociedad, es un problema mundial.

En 1996, la Organización Internacional del Trabajo elaboró una encuesta sobre la violencia laboral en algunos países. Los resultados fueron los siguientes[3]:

 “En Argentina, el 6.1 por ciento de los varones y el 11,8 por ciento de las mujeres indicaron haber sufrido agresiones en el año anterior, mientras que 16,6 por ciento de las mujeres dieron cuenta de incidentes de carácter sexual; en Rumania, dichos índices fueron de 8,7 por ciento, 4,1 por ciento y 10,8 por ciento; en Canadá, de 3,9 por ciento, 5,0 por ciento y 9,7 por ciento; en Inglaterra/País de Gales (considerados como una unidad), de 3,2 por ciento, 6,3 por ciento y 8,6 por ciento; por último, en los Estados Unidos, de 1,0 por ciento, 4,2 por ciento y 5,3 por ciento.”[4]

¿Cómo prevenir la violencia laboral?

Me parece que lo primero que habría que hacer sería determinar las causas del maltrato, desde luego ejercer violencia en el ámbito laboral sólo porque se quiere no creo que sea la causa de la mayoría de los casos (incluso de ninguno). Factores como el estrés, las horas que pasan las personas subidas en el transporte público, el ruido y la inseguridad podrían ser suficientes para determinar un día laboral. La persona que me insultó en el tráfico o el estrés causado por un problema económico pueden volverse los factores que determinen mi estado de ánimo durante todo el día laboral, y las consecuencias las pagarán mis colaboradores.

Desde luego, una respuesta inmediata a esta pregunta sería “establecer políticas públicas”, pero: ¿de qué sirven las leyes si no atacamos el problema de raíz? Lo primero que me viene a la mente es que este problema, solamente visto desde el punto de vista legal, beneficiaría los bolsillos de los abogados, pero no resolvería el problema.

Quizá la empresa deba brindar las medidas necesarias o, por lo menos, hacer que sus trabajadores reflexionen sobre este problema para poderlo combatir a partir de una primera estrategia: concientizarnos de ello. Sin embargo, el problema parece más complejo de lo que parece, aunque eso no quiera decir que no haya soluciones de corto y de largo plazo.

[1] http://www.laboramosjuntos.com.ar/shop/detallenot.asp?notid=11

[2] Id.

[3] De los datos más confiables que encontré fueron los de la Organización Internacional del Trabajo. Sin embargo las estadísticas son de 1996 y no resientes. Esto se debe a que no encontré datos correspondientes al último año.

[4] http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_008502/lang--es/index.htm