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El entendimiento y la voluntad en la acción directiva

Escrito por Víctor Manuel Torres Pérez | 06-mar-2018 15:46:14

 

El entendimiento y la voluntad son las facultades que permiten que las ideas se conviertan en acciones. Ambos factores se compenetran en la ejecución y la adaptabilidad de los proyectos. La práctica, desde la perspectiva de Llano, se distingue de los conceptos teóricos por su adaptabilidad y dinamismo. Del mismo modo, los proyectos elegidos en la acción directiva no son planes exhaustivos, planeados en todos y cada uno de sus pasos. La idea práctica no es un manual que deba seguirse al pie de la letra. Las acciones humanas, dada la naturaleza dinámica de las personas, son versátiles; pueden cambiar frente a las circunstancias emergentes. Pretender que todos los aspectos de la acción estén previstos de antemano, como quizá pretendería el taylorismo, solo resultará en acciones mecánicas.[1]

“En lo contingente, la voluntad siempre dice la última palabra [ ... ]; la información, en base a la cual se decide, nunca será completa, y por tanto el diagnóstico de oportunidades siempre será insuficiente”[2] Esto no significa, dicho sea de paso, que las decisiones sean del todo inciertas. En efecto, la acción práctica está inmersa en el terreno de lo contingente. No puede haber un conocimiento científico, exacto y exhaustivo de las oportunidades de acción porque las circunstancias son inagotables. No obstante, es necesario obtener un conocimiento objetivo de la realidad. De este modo se puede obtener ciertos fundamentos para dirigir la acción. Corresponde al agente traducir el conocimiento de la realidad —i.e. el diagnóstico— en acciones acertadas. El acierto práctico no depende de la especulación teórica en torno a la realidad, sino de que la acción misma coincida con el proyecto.

El entendimiento sin voluntad es inoperante; y la voluntad sin entendimiento queda vacía. La voluntad parte de los datos que el intelecto le proporciona para elegir una u otra opción. Para la acción práctica, esto significa que toda la constitución del hombre está implicada en su realización. La voluntad y el entendimiento pueden fortalecerse a través de las virtudes. Comprender los elementos constitutivos de estas facultades nos permite entender cómo se convierten las ideas en acciones.

*Tomado de la tesis del Dr. Víctor Torres, titulada “De la idea a la acción. Un estudio sobre los principios operativos de la empresa con sentido humano en el pensamiento de Carlos Llano” pp. 110-111 y adaptado para su publicación en este blog.


[1] Cfr. Análisis de la acción directiva, p.80

[2] Ibíd., p. 80-81