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El valor central de la persona humana en las organizaciones: unidad de vida práctica y vida teórica en Carlos Llano

Escrito por Genara Castillo Córdova | 24-ene-2018 15:04:00

 

Carlos Llano Cifuentes intentó conciliar lo variable y variado con lo permanente y radical en el ser humano. Este empeño está en la base de las claves de su generoso y profundo magisterio. Al respecto, Héctor Zagal, afirma: “Quizá esto es lo que más sorprende de Llano, su capacidad de combinar una intensa vida empresarial con sus afanes intelectuales. Los negocios y la academia no son para él dos esferas incompatibles”[1]. El secreto de ese ambicioso intento de conciliar la vida práctica con la vida teórica, radica en ese tratar de ser coherente con nuestra condición humana: no quiere renunciar ni perderse ni lo uno ni lo otro, porque el ser humano abarca los dos tipos de acción. Es un asunto de estricta coherencia y por eso de gran altitud de miras; porque no es solo coherente sin más, sino que sólo así se potencian y ganan tanto la vida práctica como la teórica, ya que en el ser humano hay una unidad y al tratar de no tener compartimentos estancos, se da entre ellas una constante y fructífera retroalimentación.

En esto Carlos Llano es muy clásico, y bastante aristotélico. Como es sabido, Aristóteles concibe dos tipos de acción del más alto nivel: la praxis ética y la teórica o energeia. Las dos son vitales y ninguna de ellas es asténica ni estática, están en continua actividad y destinadas al crecimiento gracias precisamente a esa dinámica de retroalimentación.

Es en la época moderna donde la actividad teórica se pierde de vista y se convierte en mera especulación, lo cual nos ha llevado a un racionalismo tal que ha devenido en la renuncia a pensar, porque –como es obvio– reducida a esa caricatura, no hay quien se vea movido a pensar, teorizar o filosofar en serio y se abre campo al predominio del relativismo y escepticismo.

En esa línea podemos decir que esa situación es todavía muy actual, y que “es una de las características de lo que Carlos Llano en el libro “Rescate ético de la Empresa y del Mercado” denominó como Ética post moderna que “recela de la razón e idolatra la imaginación y el sentimiento”. Pero la complejidad de los problemas es tal que necesitamos atrevernos a emplear la inteligencia en toda su profundidad y no sólo como racionalidad instrumental, técnica o mecánica”.[2]

Este es el segundo extracto que publicaremos del e-book “El valor central de la persona humana en las organizaciones”:

 


[1] Zagal, Héctor, Acción y pensamiento, Revisa Istmo n. 288, OP. Cit.

[2] La frase citada corresponde a Llano, Carlos – ZAGAL, Héctor, Rescate ético de la empresa y el mercado, Editorial Trillas, 2001, p. 12. Y se recoge en el párrafo citado en Castillo, G., Virtudes del Trabajo Profesional, PAD–Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, Lima, 2009, p. 16.