La ayuda es posible clasificarla en dos grandes grupos: por un lado, la ayuda mutua y por otro la ayuda complementaria.
La ayuda mutua también se conoce como solidaridad en tanto que la ayuda que se presta está suscrita a los parámetros de paridad entre los seres humanos. La paridad se refiere al desempeño de un rol social similar.
En cambio, la ayuda complementaria es de orden subsidiario o escalonado.
Dado que son distintas las ayudas mencionadas, las características que tengan una y otra también serán diferentes, pero partirán de una base común en tanto que ambas son ayuda.
Estas son las características base de la ayuda:
La ayuda mutua es aquella que se brinda y se recibe entre pares; es decir entre personas que comparten características accidentales similares respecto a la función que desempeñan en la sociedad o por el rol que se juega en determinado campo. Por ejemplo los estudiantes entre ellos, los empresarios entre sí, las madres de familia y un larguísimo etcétera.
Mientras que, la ayuda complementaria se recibe u otorga de manera escalonada, insisto que la diferencia de escalón es de índole accidental en tanto que se juegan distintos roles o funciones en las que una de ellas cuenta con licencias jerárquicas que permitan favorecer la ayuda que se puede brindar o pedir. De este modo la interdependencia escalonada, resulta constructiva para el desarrollo de las personas que integran la sociedad, ante una desigualdad relativa, por estar acotada al ámbito específico y particular en la que se experimente la jerarquía.
Las características propias de la ayuda complementaria son:
En cualquier caso, tanto la ayuda tanto mutua como la complementaria deberá respetar la libertad y autonomía de quien sea ayudado, por lo que quien solicite ayuda deberá someterse de manera libre a los condicionamientos estipulados.