Carlos Llano sostiene que la fundamentación de la dignidad de la persona humana en nuestro tiempo requiere traspasar las esferas mercantiles o estatales de la sociedad, para alcanzar un plano más original y primario, que es el de las relaciones personales únicas e irrepetibles. Este nivel proporciona una fuerza que supera las posibilidades agotadas de la política y de la economía para dotar de sentido a la vida de las personas. Con esta convicción Llano abordó una gran variedad de temas que van desde la familia, como célula básica de la sociedad, hasta la globalización, pasando también por consideraciones profundas en torno a fenómenos como el consumismo, la educación del carácter, el relativismo moral, el valor de la tolerancia o el sentido de la muerte.





 

derechos_humanos_virtudes_fundamentales