Familia y Sociedad

¿Qué se necesita para formar una buena familia?

[fa icon="calendar"] 17/08/16 20:35 / por Bernardo Sosa

shutterstock_101347906.jpg ¿Por qué cada vez menos personas se deciden a tener una familia? Las razones como la falta de recursos económicos y el desarrollo de una carrera profesional pueden ser máscaras que tapen el miedo al compromiso y al sacrificio de los propios intereses. Por eso, hoy más que nunca, se requiere tener agallas para decidirse a formar una familia.



Se requieren agallas para formar una familia, sobre todo cuando se está rodeado de una sociedad que impulsa el egoísmo y la satisfacción personal antes que la caridad y el sacrificio.

Aunque parece que formar una familia trae complicaciones, en realidad es de las pocas maneras en las que se puede salir de un círculo de egoísmo y, con ello, forjar una vida virtuosa y plena.

Recordemos las palabras de Sócrates en el diálogo “Critón”: ¿por qué damos tanta importancia, mi buen Critón, a la opinión de la mayoría?

Casi todo a nuestro alrededor nos grita que no

Si reflexionamos un poco, nos daremos cuenta de que, en múltiples ocasiones, hemos tomado una decisión movidos más por la presión social que por convicción.

No es raro que en una reunión social externemos un punto de vista filtrado por preguntas como: ¿Será aceptado lo que voy a decir? ¿Estará en juego mi prestigio? ¿Qué es lo políticamente correcto?

Desde luego no se trata de decir todo lo que pensamos, sin importar que lastimemos a las personas o, como coloquialmente se dice, “agarrar a la gente a verdadazos”. Desde luego la prudencia es una virtud que la mayoría de la gente agradece y que muy pocos tienen. Sin embargo, es importante defender nuestro punto de vista con argumentos, aún a costa de que la gente presente se nos “eche encima”.

Con respecto a al tema de la familia, no es necesario ser demasiado perceptivos para darnos cuenta de que no es un tema “de moda”. Escuchamos comentarios como todo era perfecto hasta que se casaron, el matrimonio todo lo arruina. Nos encontramos con personas que nos dicen mira te presento a mi hijo, se llama Choco y es un cocker spaniel.

Parece ser que la idea de formar una familia no es conveniente y siempre habrá una “razón” para ello: nuestra economía no va bien, a penas y nos alcanza para nosotros dos, tengo “proyectos profesionales” etcétera, etcétera. El ser humano siempre puede esgrimir argumentos y, lo que es peor, creérselos como propios aunque sean mentiras y pertenezcan a otros.

Se requiere nadar contra corriente, tener agallas

Hoy en día, parece ser que “pensar lo que uno quiera” es la principal bandera que respalda una sociedad “incluyente” y “tolerante”. Sin embargo, los medios de comunicación y el gobierno parecen ser los principales enemigos de la tolerancia y la inclusión. Nada se puede criticar, so pena de que a uno lo etiqueten de intolerante, xenófobo u homofóbico. Las minorías, carentes muchas veces de argumentos, dictan lo “socialmente aceptable”, sin caer en la cuenta de que su tolerancia es en realidad una falta de postura que deriva en una indiferencia, misma que deriva en agresividad ante cualquier toma de postura. El gobierno legisla lo que no está probado científicamente y recurre a la diversidad y a la inclusión para salirse por la tangente ante una necesaria toma de postura.

Para pensar en formar una familia, debemos de abstenernos de entrar en terrenos inmaculados. La lucha por ser fieles a nosotros mismos y por mantener firmemente una defensa por los valores, las virtudes y los argumentos sólidos requiere de fortaleza, de soportar críticas y pérdidas de “amistades”. Lo correcto escapa, la mayoría de las veces, a la comodidad y a la fama.

Se requiere nadar contra corriente para decidir formar una familia, proyecto muchas veces lleno de cansancios, frustraciones y sobre todo de algo que la sociedad actual puede calificar de debilidad: La Caridad.

Bueno, y al final ¿qué ganamos?

Para contestar esta pregunta, se requiere ver mucho más allá de lo que nos presenta la sociedad actual. La pérdida de satisfacción corporal personal, del cumplimiento de todas nuestras metas, y de un estado de perpetua comodidad, es en realidad la ganancia de una satisfacción interior, de la coadyuvancia en el cumplimiento de las metas de otros, y de un cansancio que es necesario para forjar una vida virtuosa.

Formar una familia es una verdadera ganancia, que escapa, sin embargo, de toda ganancia efímera que nos pueda brindar esta sociedad de consumo. Ganamos cuando nos vencemos a nosotros mismos, ganamos cuando forjamos vínculos que sólo se construyen en el calor del hogar, dónde la intimidad y la confianza son dos llamas de un mismo fuego.


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Topics: agallas, hogar, miedo a la familia

Bernardo Sosa

Escrito por Bernardo Sosa

Bernardo Sosa Iñigo es Licenciado en filosofía por la Universidad Panamericana. Además, estudió el programa Introducción a Dirección de Empresa (IDE) y el curso Finanzas para no financieros en la Universidad Panamericana. Trabajó dos años como asistente académico del Dr. Héctor Zagal. De mayo 2015 a diciembre 2020 trabajó como asistente del Director de la Cátedra Carlos Llano UP-IPADE, y como director de contenidos de la página web. Además, actualmente, se encuentra estudiando la especialidad en Psicoterapia Gestalt en el Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt.

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