De todas las actividades que pueden ejercerse en el mundo, la más complicada y difícil es la de dirigir hombres. La dirección de hombres no es una técnica; es, más bien, un "asunto personal" de quien la tiene en sus manos. Esto se debe al hecho de que el hombre se mueve a la decisión por unas razones determinadas y por unos motivos particulares y definidos. La decisión responde, en principio, a razones y motivos, esto es, el hombre no sólo quiere, sino que sabe por qué quiere lo que quiere. Dirigir sería, por tanto, lograr que las razones y motivos que tenemos para que un subordinado quiera algo (para que tienda a un objetivo señalado por nosotros) estén ya en el subordinado, cuando él decide lo que quiere.
De lo anterior se desprende la importancia que para la acción directiva tienen el convencimiento, la motivación y la participación en la dirección, acciones que resultan no sólo útiles sino necesarias para la efectiva conducción de una empresa.
¿Qué diferencia existe entre un criterio y una receta? Es ésta una cuestión no siempre bien esclarecida y, sin embargo, importante para la acción directiva.
El management no es una ciencia especulativa como lo es la Matemática o la Física; es una práctica, una disciplina basada en una buena teoría, la cual debe ser confirmada por la acción.
Guido Stein nos ofrece un estudio profundo de la obra de Peter Drucker. No sólo porque ha sabido presentar una visión completa del itinerario intelectual de Drucker, sino también y sobre todo porque ha logrado discernir la estructura fundamental del pensamiento de Drucker,
Es una iniciativa que, a través de un enfoque interdisciplinario, busca continuar la obra iniciada por el doctor Llano en el campo de la investigación, difusión y docencia.
