Academia

Ante la adversidad, el director de empresa es como un capitán en la tormenta

[fa icon="calendar"] 11-nov-2020 0:15:00 / por Gabriel González Nares

 

Cátedra UP-IPADE Carlos Llano

Son tiempos difíciles para los negocios y para las empresas. Este año, sin que nadie nos dijera, las sombras de tormenta de incertidumbre e inestabilidad nublaron los cielos de las empresas. De modo que, ¿es tiempo para el pánico? De ninguna manera. Ante la incertidumbre, ¿qué puede hacer el director de empresa para mantenerla a flote? Además de poder recurrir a las técnicas puntuales de finanzas y de management, también nos puede ayudar pensar en la siguiente metáfora: ante la adversidad, el director de empresa es como un capitán en la tormenta.

Tanto el capitán naval como el director de empresa tienen en sus manos una realidad valiosa qué mantener a flote: el barco y el negocio, respectivamente. Ante la adversidad, éstos dos últimos son muy parecidos: reciben el batir de las olas o de la incertidumbre, tienen cierto grado de resistencia y de fragilidad, pero también pueden mantenerse a flote si están gobernados por personas prudentes y valientes. Aquí propongo 5 consejos prácticos para el director de empresa, que están inspirados en la actitud valiente del capitán de un barco:

1.- Aceptar que hay tormenta

Lo primero que hay que hacer para enfrentar la dificultad es aceptar que está ahí. Quien la niega perece ante ella. Quien tarda en aceptarla tendrá menos tiempo para reaccionar. Quizás ver la dificultad a la distancia nos dé la oportunidad de rodearla, pero si esto ya no es posible lo mejor es aceptar la dificultad de modo inteligente. Esto significa dos cosas: que conviene pensar en los modos en que podemos resolverla, y que conviene armarse de valor antes de entrar en la tormenta.

2. Tener esperanza y confianza en sí mismo

El capitán de barco, cuando llega tormenta, tiene esperanza de salir de ella. Nadie se mete en una tormenta sin la idea de que saldrá de ella. Por supuesto, también está presente el riesgo de zozobrar. Pero, si la tormenta es obligatoria, y aun podemos elegir entre dos actitudes nuestras, vale mucho más apostar por la esperanza que por el pánico. Es más fácil administrar una contingencia con esperanza que con pánico, pues nos da más serenidad y disposición a administrar nuestros recursos. ¿De donde sacaremos esperanza? Pues hay varias respuestas: una manera puede ser dando un salto de fé, atreviéndose. Otra manera es apostar por la seguridad en nosotros mismos y en nuestras capacidades, que en la tormenta iremos conociendo gradualmente. Yo prefiero una mezcla de ambas.

3. Usar los medios disponibles y administrarlos

Una vez que hemos decidido por la esperanza y por la confianza en nuestras habilidades, es tiempo de poner manos a la obra y poner en uso los medios de los que disponemos para enfrentar la tormenta. El capitán del barco tiene varios recursos, tanto interiores como exteriores: su experiencia, su valor, su pericia, así como cuenta con sus tripulantes,el tiempo, las velas, el timón, y todo el barco que es resistente. La administración de esos recursos será clave para sortear la tormenta desde adentro. Los recursos exteriores sirven a los interiores, pues sólo la pericia del capitán puede dilucidar el modo y la oportunidad de uso de cada recurso. Así como el capitán, el director de empresa puede, con su experiencia, valentía y pericia, maniobrar su dinero, dar indicaciones a los colaboradores, considerar la oportunidad de moverse en función de los contextos de los negocios. Este uso de los recursos requiere de un pensamiento sistemático y orientado a resultados (finalidades) concretas. Sin sistematicidad, los recursos se desperdician y disminuyen las posibilidades de salir avantes de la tormenta.

4. Visualizar el modo de salir

A la administración prudente de los recursos con vistas a un resultado concreto sigue la capacidad de visualizar el modo, o los modos posibles, para salir de la tormenta. La esperanza es una virtud concreta, y exige de nuestra parte, cuando se pueda, la capacidad de visualizar soluciones concretas a los problemas que sufrimos. Es así que la esperanza no es una realidad mágica, sino que se fortalece de los actos prudentes con los que la nutrimos. En la tormenta, el capitán tiene que vislumbrar los posibles modos de salir de allí: virar a babor o estribor, aligerar la carga, arriar las velas... Si no lo hace se queda a merced del viento. Así, la solución al problema requiere de su atención activa. El director de empresa puede hacer lo mismo. Puede visualizar varios modos concretos y razonables para enfrentar la crisis. Con ellos puede hacer una lista de planes disponibles para ponerlos en práctica. De este modo, si un plan empieza a fallar cuando se pone en práctica, se puede intentar otro o se puede afinar, pero ya hay un plan de acción para reaccionar activamente.

5. Ser flexible a varias soluciones

Por último, en la tormenta, el capitán está abierto a diversas soluciones que él mismo se planteó. Si una solución posible parece no funcionar, sería imprudente insistir en ella. Se perderían tiempo y recursos valiosísimos para salir adelante. Para barajar las soluciones hace falta ser flexible a todas ellas para ponerla en práctica cuando haga falta. El director de empresa puede hacer algo semejante: puede disponer de varias soluciones, pero conviene que sea de mente abierta y flexible para encontrar la solución al problema. De otro modo, la insistencia puede dejarlo ciego y puede alejarlo de la salida de la tormenta.

Estos cinco consejos son una propuesta, pero la valentía para salir del problema debe de ser buscada en el corazón del director de empresa, que es el capitán de su barco empresarial.

 

Libro "Humildad y liderazgo":

libro humildad y liderazgo amazon

 

Topics: crisis, Oportunidades frente a la crisis, Crisis de empleo

Gabriel González Nares

Escrito por Gabriel González Nares

Gabriel González Nares es maestro en Filosofía Antigua por la Universidad Panamericana, México y licenciado en Filosofía por la misma universidad. Ha sido profesor de filosofía en el Colegio Montreal y en el departamento de Humanidades de la Universidad Panamericana, donde, en la actualidad, es profesor investigador de tiempo completo en la escuela de pedagogía. Ha asistido a congresos sobre filosofía medieval en Santiago de Chile, Nueva York, París y Atenas. Se interesa por la filosofía de la educación, la metafísica y la Dialéctica medieval, especialmente en la transición de la Antigüedad tardía a la Alta edad media latina. Es miembro de la Asociación filosófica de México y columnista en la Cátedra UP-IPADE Carlos Llano.

Nueva llamada a la acción

Suscríbete a las notificaciones de este blog

Artículos Recientes