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Michel Foucault y la locura

[fa icon="calendar"] 03-ago-2017 6:00:00 / por Héctor Chávez

michael_foucault_miedo.jpg La primera obra de este autor será la Historia de la Locura. Conecta historia y experiencia. 

Habla de la historicidad de las formas de la experiencia, es decir, cómo se vive, cómo se concibe un fenómeno. Se plantea el origen: todo empieza con una experiencia que es la de la locura. Cada época experimenta la filosofía de manera distinta, que haya alguien loco no es evidente. Foucault estudia lo que se ha entendido por loco en otras épocas; es un proyecto crítico pues trata de problematizar las formas de saber, la racionalidad que subyace a las instituciones y a las prácticas que son propias de la modernidad. Detrás de todas esas formas históricas, en la modernidad lo que hay es voluntad de poder. Es el punto flojo de Foucault porque estaba ya en Nietzsche, no es original. Es distinto a Nietzsche en que éste es un moderno, lo propio de la posmodernidad es la diferencia. La modernidad es unidad y posmodernidad es diferencia; la posmodernidad busca valorar las diferencias y mantenerlas. Para Nietzsche, la voluntad de poder es la voluntad de poder con cierta unidad. Lo interesante es que el poder en Foucault es descentralizado: un poder presente en todas las culturas, en todas las instituciones.

Historia de la Locura en la Época Clásica (1961)

Se refiere al siglo XVIII francés. En ese momento la locura se establece como lo otro de la razón. Antes, la locura era ser parte del hombre, los locos no estaba categorizados ni tratados. ¿Cómo es entendida la experiencia de la locura? La noción de espacio es importante en Foucault porque él va a darle valor de poder y de dominación al espacio, y tiene toda la razón, la distribución del espacio es un ejercicio de dominación. Habla del espacio de la locura.

La locura se percibe de modo distinto a lo largo de la historia. Cuatro periodos:

  1. La Edad Media: La experiencia de la locura estaba nublada por las imágenes del pecado, la bestia, etc. Los locos eran los posesos, es decir, los que habían sido poseídos por alguna entidad demoniaca, esto en un contexto meramente cristiano.
  2. Renacimiento: Se empieza a hablar de la locura y de la razón, no como en la época clásica. Foucault se inspira en un cuadro del Bosco: “La Nave de los Locos”. El loco es el que es medio genial, el que se ríe de los demás. Es una persona divertida con momentos de extravagancia y genialidad donde dice las verdades de la razón. La razón es media loca. El loco se ríe del sabio y del genio.
  3. Época Clásica, 1656: Se da la creación o fundación del Hospital General en París. Se crea por ley, siendo la exclusión de la sociedad para los locos, ya que se les ve como peligrosos. No se les encierra nada más, sino también a los vagabundos, los pobres, los homosexuales, los viejos, a las prostitutas, a todo aquel que padezca de enfermedades venéreas. No hay separación mental. No existe un concepto de “enfermo”, sino de indeseable para la sociedad. Viene una ética de influencia protestante en la que se valora mucho el trabajo: el que no trabaja es indeseable y debe ir a la cárcel. No se trata de corregir a esas personas, sino de segregarlas. Antes no había gente anormal, había gente distinta, asimilada socialmente y ahora son excluidos. Es un paso atrás, pero aparece también el afán de exhibir a los locos.
  4. Medicación del encierro: Cuando se somete a alguien a tratamiento médico es una práctica que deja a ese alguien como un "anormal". Se generan las nociones de "loco" y de "enfermo mental". Es una forma de dominación, dándole una identidad que en principio no tenía. Se muestran las etiquetas con las que funcionamos en la sociedad moderna como extractos sociales. No se acepta el concepto de "naturaleza", pues no hay nada que detenga nada, no hay barreras, todo vale igual, todo está construido histórico-cultural-socialmente.

La posmodernidad convierte todo en cultura porque no hay nada estable. No existía el loco como paciente, no se había instalado hasta el siglo XVIII como lo contrario a la razón, como la sin-razón. El sujeto está construido sin naturaleza, no es que el hombre no sea social por naturaleza ni que se establezca por contrato, es que todo se establece por contrato, por consenso. Se expulsa la metafísica misma (desde Heidegger en Ser y tiempo).

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Héctor Chávez

Escrito por Héctor Chávez

Egresado de la Facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana, asistente de tesis del Dr. Javier Duarte Schlageter (profesor del área de dirección financiera en el IPADE), Psicoanalista por parte del Círculo Psicoanalítico Mexicano, Subdirector General de la Revista Kya! (Arte.Cultura.Entretenimiento), Conductor del programa de radio por Internet In.Cultura en Digital Media Radio, Miembro Asociado de la Sociedad Académica Kierkegaard, colaborador invitado en Estudios Latinoamericanos por la Wichita State University (Kansas).

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