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Qué es el estrés

[fa icon="calendar"] 06-oct-2016 7:00:00 / por Maria Teresa Pérez Arenzana


Qué es el estrés, Cátedra Carlos Llano UP-IPADE

El estrés es un tema que ha permeado cualquier quehacer humano, la empresa y la universidad, no son una excepción. Es por ello que, hoy en día hace falta detenernos en el tema del estrés, incluso laboral. Ya que, las personas son quienes conforman la empresa y quienes padecen estrés, no solo se afectan personalmente sino también a las organizaciones en las que trabajan. En este artículo abordaré de dónde proviene y en qué consiste.

¿De dónde proviene el estrés?

El estrés es el pan de cada día, aunque personalmente no tengo un trabajo estresante, por sí mismo, como lo sería un controlador aéreo; de cualquier manera lo sufro con las fechas de entrega, más que por la procastinación por mi autoexigencia. Quizá tú mismo experimentes estas y otras cosas similares respecto al estrés.

Pero demos otra vuelta de tuerca y consideremos al estrés entendido como presión, como la fuerza que ejerce presión sobre algún objeto. Por ejemplo, podemos hablar de la presión atmosférica, que es la fuerza ejercida sobre todo lo que hay en nuestro planea tierra; esta es la consideración física del término presión.

Ahora bien, de esta consideración se desprende la consideración médica de estrés como estar presionado, aunque no se refiere a la fuerza que soportamos por parte de la atmósfera al estar en la superficie terrestre. Más bien se refiere, de manera metafórica a la presión que recibimos con base en ciertos factores.

Tales factores podrán ser externos o internos dependiendo de la causa que lo motive. Por un lado, en el caso de que la presión sea ejercida por una fecha límite de entrega la presión resultante será exterior. Por otro lado, si la presión es generada por mi autoexigencia será una causa de orden interno, en tanto que soy yo misma quien ejerce presión sobre mí.

 

¿Qué es el estrés?

El estrés, entonces, es la presión producida intrínseca o extrínsecamente de manera anímica sobre una persona. Dicha presión origina un efecto que será la respuesta que una persona experimenta frente a dicho estímulo presionante.

En sí mismo, experimentar presión no es malo, ni inconveniente. Ya que cuando estamos en un episodio de estrés las glándulas suprarrenales de nuestro cuerpo segregan sustancias que provocan un estado de alerta para capacitar el hacer frente a lo que sobrevenga. De hecho es la respuesta primaria, cargada de adrenalina, que da lugar al instinto de conservación, por ejemplo; mediante la adrenalina y otras sustancias es posible atacar o defenderse según sea la necesidad. En cambio, lo que perjudica es que la alarma permanezca continuada y persistentemente encendida.

Pensemos, por ejemplo, que se enciende la alarma sísmica porque un temblor está teniendo lugar. En ese momento la alarma, que ya tenemos asociada a tales episodios, despierta en nosotros la respuesta de salir del lugar en el que nos encontramos ─de preferencia sin correr, ni empujar, ni gritar como tenemos ensayado el protocolo para esos casos desde que éramos infantes─ para reunirnos en el punto de seguridad designado para ello.

Bueno, pues haciendo el paralelo con el ejemplo de la alarma, el estrés que es malo es la alarma encendida de manera permanente y continuada. Estarás de acuerdo en que si tuviéramos que enfrentar una alarma encendida permanentemente, acabaríamos locos para decirlo pronto y gráficamente. Pues lo mismo sucede en nosotros cuando el estado de alerta es continuo.

 

Ahora, para cerrar este artículo solo me resta hacer un llamado a la reflexión sobre tu nivel de estrés, ¿cuánto tiempo al día se encuentra encendida tu alarma personal? Esto solo será la punta del iceberg, pues aún faltará saber qué hacer en tales casos. 

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Topics: Empresa, Universidad, Academia, estrés

Maria Teresa Pérez Arenzana

Escrito por Maria Teresa Pérez Arenzana

Licenciada en Filosofía. Especialidad en Orientador Humanista y Psicoterapia Gestalt. Participante de talleres relativos al desarrollo humano: Manejo de conflictos, Intervención en crisis, Adicciones, Psicopatología, etc. Participante del programa Persona – Familia por el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa, IPADE. Maestría en Filosofía. Especialidad en Antropología y Ética. Ejerce la docencia como miembro de la Academia de Filosofía Social y Política, además de ser profesora invitada de la Academia de Antropología y Ética, en la Universidad Panamericana. Pertenece a la asociación científica: Círculo de Filosofía de la Naturaleza (CFN) con sede en París.

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