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Ley positiva y ley natural

[fa icon="calendar"] 25-ago-2017 6:00:00 / por Joaquín Cruz Lamas

Bajo-el-peso-de-la-ley.jpgAquí no es mi intención hablar sobre derecho sino más bien sobre ética, específicamente sobre las posturas que hablan de ley positiva y las que hablan de ley natural

Lo que une a estas dos posturas, es un ética normativista, esto quiere decir que ambas parten de un ética que está fundada en principios; para una concepción (la positiva) los principios que fungen como criterio del actuar son las normas positivas, es decir las normas escritas y en vigor, la ley es el criterio último de acción y el patrón que permite definir la organización funcional de una sociedad. Para una concepción natural los principios son las leyes naturales, pero por leyes naturales no nos referimos aquí a aquellos patrones de regularidad observables en la naturaleza como la ley de gravedad, más bien nos referimos a leyes que creemos implícitas en la naturaleza humana; tales principios son, por ejemplo, los que creemos que sostienen a los derechos humanos, es decir que son las leyes que concebimos como inamovibles, incambiables, se podría decir que eternas (para algunas concepciones) y vinculantes para toda la humanidad.

Los juicios de Nuremberg

Como vemos, ambas concepciones del derecho parten de normas y principios, para unos, tales normas son las que están escritas en la ley vigente ya que son de las únicas que tenemos certeza; ahora, el problema con esta concepción de la ley es que no admite la posibilidad del desacato de una norma positiva y se puede prestar a extremos como los vistos durante la segunda guerra mundial en la Alemania nazi; lo digo porque precisamente éste fue el gran tema de los juicios deNuremberg, los acusados de crímenes contra la humanidad, tomemos como caso paradigmático el de Eichmann, se defendían arguyendo que ellos habían seguido la ley positiva que imperaba en aquellas circunstancias. Bajo esta concepción se puede decir que los culpables de los crímenes cometidos por el nacional socialismo eran los legisladores que formularon las leyes que tentaban contra la dignidad humana, pero ello le quita todo el peso de la responsabilidad a quienes colaboraron con el régimen ya que los coloca en una posición de autómatas que actuaban bajo una programación dada de manera externa; ahora, la gran pregunta es si realmente fue así, si de verdad se les puede absolver de toda culpa porque lo que ellos hacían era “seguir ordenes”.

Los derechos humanos universales

Nuestros tiempos y nuestra concepción de justicia, así como el sentido común, nos dicen que por supuesto que no, que son tan culpables como el mismo Adolfo Hitler, Himmler, Goehring y todos los demás. Ante esta situación surgen los derechos humanos como los conocemos hoy en día, con el afán de salvaguardar principios básicos de todo ser humano que no pueda transgredir ninguna ley positiva de ningún lugar ni tiempo. Sin embargo, démonos cuenta, detengámonos un momento aquí, en el frío positivismo jurista, para darnos cuenta de algo que es muy importante y que es uno de los rasgos distintivos y tan seductores de una ética de normas, me refiero a la misma norma, ésta es sumamente seductora y tentadora. ¿Por qué? Justamente porque nos permite escudarnos tras ella como lo hizo Eichmann en Nuremberg, nos permite delegar todo el peso de la responsabilidad en algo externo a nosotros, en algo que nos es ajeno cuando nos conviene; en pocas palabras, dejamos que alguien más decida por nosotros y eso es sumamente cómodo cuando se trata, sobre todo, de decisiones importantes.

A qué llamamos ley natural

Sin embargo, así como puede haber un defecto en el seguimiento de la ley que llamamos natural, también puede haber un exceso. Éste consistiría en que cada cual se guiará a sí mismo por su propia conciencia, lo cual daría como consecuencia una sociedad caótica donde ante cualquier acción cualquiera podría responder aludiendo a su conciencia. La búsqueda de objetividad al tratar de dilucidar una ley natural se perdería por completo. Por supuesto, aquí hablamos de un exceso y habría que distinguir ciertos matices. En primer lugar, la apuesta por la ley natural no es una apuesta por la subjetividad puesto que pretendemos legislar positivamente a partir de ella. En segundo lugar, si apostamos por una ley natural apostamos también por su universalidad. Sin embargo, sí nos resta un problema: ¿de dónde viene esa ley? El solo nombre de ley natural ya nos indica que postulamos que ésta viene de la naturaleza; pero al mismo tiempo, para poder legislar de acuerdo a esta ley siempre media un proceso de interpretación, adaptación a la sociedad e institucionalización. Pero este proceso no es sencillo, siempre implica un reto intelectual. Pero es justamente el hecho de que represente un reto, lo que hace que no nos podamos quedar cruzados de brazos ante el cómodo peso de la ley positiva.

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Joaquín Cruz Lamas

Escrito por Joaquín Cruz Lamas

Joaquín Cruz Lamas es filósofo egresado de la Universidad Panamericana, sus temas de interés en la filosofía son la estética y la filosofía de arte. Ha formado parte de la compañía de teatro de la Universidad Panamericana desde 2012. Es escritor y colabora con el periódico "El Hidrocálido" desde 2011. Es colaborador de la revista digital "LOGOS". Es miembro co-fundador del grupo estudiantil "NOUS" que se dedica a la difusión de la filosofía entre jóvenes. Fue presidente del consejo de alumnos de la carrera de filosofía de 2015 a 2016. Actualmente es asistente de investigación del IPADE y promotor de la carrera de música de la UP.

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