Management

La corrupción en el sector privado

[fa icon="calendar"] 28-feb-2018 9:30:00 / por Juan M. Elegido

 

Cátedra Carlos Llano UP-IPADE

La corrupción no es un fenómeno restringido al sector público. Existe una oportunidad de corrupción cuando un individuo tiene un poder de decisión discrecional y los intereses de otros pueden ser positiva o negativamente afectados por la forma en que ejerce ese poder. Como los empleados de organizaciones privadas a menudo tienen tal poder, también existen oportunidades de corrupción en el sector privado.

Las situaciones corruptas típicas en el sector privado son similares a algunas de las existentes en el sector público. Así, por ejemplo, cuando una organización privada entra en una relación de negocio con un proveedor externo, existe una oportunidad de corrupción (como ocurre en el sector público) y, por tanto, no debería sorprendernos oír en ocasiones que directores de compras, responsables de formación o directores del departamento legal de algunas compañías piden dinero más o menos abiertamente antes de usar los servicios de proveedores, consultores, o abogados en el libre ejercicio de la profesión.

Existen, sin embargo, diferencias significativas entre las situaciones corruptas típicas del sector privado, y las que se encuentran en el sector público. Prestar atención a tales diferencias puede proporcionar algunas pistas importantes de cara a diseñar estrategias eficaces para luchar contra la corrupción.

Típicamente, las organizaciones privadas tienen la posibilidad de regular la conducta de otros. Por tanto, las oportunidades de corrupción que existen en el sector público en relación con la promulgación y aplicación de normas legales o reglamentarias, no existen en el sector privado.

De más interés es el que muchas actividades corruptas que acostumbran a tener gran prominencia en el sector privado hace algún tiempo, hayan desaparecido casi completamente en tiempos más recientes. ¿Qué explica este cambio? ¿Una súbita epidemia de honradez entre los empleados del sector privado? No pienso que la explicación vaya por ahí. Parece ser mucho más decisivo el que muchas de las oportunidades que existían antes, ahora no existen debido a que la competencia es mucho más dura. Piénsese, por ejemplo, en las ocasiones de exigir pagos informales que los directores comerciales de las cerveceras acostumbraban a tener cuando los distribuidores luchaban por conseguir suministros, que iban siempre muy por detrás de la demanda del mercado. Hoy en día una escena mucho más común es el que un director comercial prácticamente caiga de rodillas delante de un distribuidor, suplicándole que se lleve unos pocos cartones más, de forma que el director comercial logre completar su cuota mensual de ventas. En la medida en que un entorno competitivo mucho más difícil ha colocado a una gran mayoría de las organizaciones del sector privado en situaciones similares a la de las cerveceras, se han cerrado muchas avenidas de corrupción.

Algo similar ha pasado en relación a otros tipos de corrupción. Cuanto mayor es la presión competitiva que sufre una empresa, tanto mayor será la urgencia con que sus directivos tendrán que tratar de encontrar los mejores bienes y servicios disponibles en el mercado a los mejores precios posibles, y tanto más difícil será para esos directivos el aprovechar para su propio beneficio su posición en la empresa. Un buen ejemplo de esto es lo que ha ocurrido en el último año con la práctica de pagar y exigir “comisiones” al hacer depósitos en los bancos. Hace algún tiempo era casi axiomático, o al menos eso es lo que los ejecutivos de marketing en instituciones bancarias solían decir, que si un banco quería que una empresa hiciese un depósito a plazo en el banco, había que pagar una “comisión” al director financiero de la empresa. Hoy en día se habla mucho menos de “comisiones”. ¿Qué ha cambiado? Básicamente, que las tasas de interés que los bancos ahora pagan y reciben se aproximan mucho más a las tasas de mercado; esto ha hecho que haya mucho menos dinero fácil que repartir y que los bancos hayan tenido que vigilar mucho más cuidadosamente sus costos.

¿Se puede sacar alguna lección de todo esto? Pienso que sí, y que es una lección muy importante: cuanto mayor es la competencia que existe en un mercado, tanto más los participantes en ese mercado tienen que controlar sus costos y tanto menor será el nivel de corrupción. Es la existencia de islas de poder monopolista lo que crea oportunidades de corrupción y hace que los directivos intenten apropiarse, personalmente, parte de los beneficios de monopolio de que gozan las organizaciones para las que trabajan. Este punto es confirmado de forma notable por estudios empíricos que han intentado estudiar la relación entre liberalización económica y corrupción. Así, por ejemplo, dos trabajos de Ades y Di Tella muestran claramente que cuanto mayor es la liberalización de la economía de un país, menor tiende a ser la incidencia de la corrupción en ese país.[1]

Esto explica también porque no existe corrupción sólo en el sector público. La corrupción tiende a florecer cuando existe un control monopolista u oligopolista de un recurso valioso. Como esto ocurre más a menudo en el sector público, tendemos a asociar la corrupción con ese sector. Pero es extremadamente dudoso que los servidores públicos sean intrínsecamente más avariciosos e egoístas que los empleados del sector privado. Lo que la experiencia nigeriana muestra claramente es que cuando el sector privado opera en condiciones de monopolio similares a aquellas que son típicas del sector público, la incidencia de la corrupción tiende a ser alta. Cuando esas condiciones de monopolio desaparecen, la incidencia de la corrupción se reduce significativamente.

Texto extraído del libro “Una comunidad de servicio, ensayos en ética de la empresa” p. 105-107 escrito por Juan M. Elegido, y publicado por el IPADE con permiso del autor.


[1] A. Ades and R. Di Tella, “The Causes and Consequences of Corruption: A Review of Recent Empirical Contribution”, (1966) IDS Bulletin, 27.2,6-11- Véase también A. Ades and R. Di Tella, “Competition and Corruption”, (1995) Applied Economics Discussion Paper Series, No. 169, Oxford: Oxford University.

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Topics: Dilemas empresariales, Dirección general, Corrupción

Juan M. Elegido

Escrito por Juan M. Elegido

Juan Manuel Elegido nació en Madrid, España, el 26 de octubre de 1952. Obtuvo su licenciatura en Derecho en la Universidad de Madrid e hizo su doctorado, también en Derecho, en la Universidad de Navarra. En 1977 se trasladó a Nigeria, donde ha residido desde entonces. Ha sido profesor de Teoría General del Derecho y Filosofía del Derecho en la Universidad de Anambra State (Nigeria), y desde 1991 es Director del Derpartamento de Ética Empresarial de Lagos Buiness School. Es autor del libro Fundamentos de Ética de Empresa: La perspectiva de un país en desarrollo (versión en español, IPADE, 1998) y otro libro sobre Teoría General del Derecho. También ha publicado numerosos artículos jurídicos y de ética empresarial en revistas especializadas.

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