El ser humano para realizarse debe asumir su deber y no conformarse con sólo cumplir al trabajar.
Las virtudes no sólo son como la clave del desarrollo humano, sino también la base de una sana cultura empresarial y el motor de progreso. Las causas morales del progreso se conocen al repasar la historia de las empresas exitosas. Ellas residen en una constelación de virtudes: laboriosidad, servicio, cumplimiento de la palabra empeñada, audacia; en suma, amor al trabajo bien hecho.