Después del sismo reciente del 19 de septiembre, México no volverá a ser igual, será mejor.
“En la esquina de Bolívar y Fray Servando… una fábrica textil se redujo a escombros con un número desconocido de personas adentro.”1
Aquellas empresas como la fábrica textil que se colapsó en la intersección de las calles de Bolívar y Fray Servando, requieren reinventarse por completo, y honrar a aquellos que perdieron la vida en sus instalaciones. Quienes sufrieron pérdidas menores también necesitan actuar, para identificar si los empleados tienen algún tipo de estrés postraumático, dando el apoyo necesario para procesar el duelo.
En este momento el rol de los directores de empresa es fundamental, en dos sentidos, desde el punto de vista humano, y para la reconstrucción. Ahora más que nunca México requiere líderes con sentido humano, que sean capaces de reconocer su propia vulnerabilidad, y que den contención a sus equipos a través de la escucha, de la empatía y de la cercanía, por dolorosa que pueda ser. También se requiere un liderazgo enfocado, que además de revisar los temas prácticos como tener los seguros al día y los protocolos de emergencia claramente establecidos, sea capaz de ver más allá del momento presente y se adapte a las nuevas circunstancias para dar dirección a su organización.
La solidaridad que se ha visto en las calles, requiere seguirse ejercitando a nivel personal y en las organizaciones. La forma de hacerlo es a través del ejemplo de los líderes y la consistencia para hacerla parte del DNA de la organización. Puede ser institucionalizada como uno de los valores de la empresa, para lo cual es necesario describir las conductas asociadas, y reconocer a aquellos que la viven en el día a día.
Para que la resiliencia sea una realidad, es importante que además de la solidaridad, se ejercite la conciencia de la vulnerabilidad personal y de la de otros. En el periodo de reconstrucción las emociones están a flor de piel, y dejarlas fluir permite ir acomodando el impacto recibido. También enfocarse en el presente y vivir un día a la vez ayuda. El bienestar se logra empezando por lo básico, a nivel biológico, por ello estos días es importante dormir bien, comer bien e hidratarse. También es recomendable acompañarse de otras personas, debido a que la adversidad se procesa mejor en comunidad.
México será mejor a partir de un acontecimiento tan lamentable como el sismo, porque en la adversidad logró recordar su grandeza. Como se ha dicho en diferentes medios, la solidaridad borró los límites que dividían a las clases sociales, las generaciones, y hasta la burocracia en alguna medida. Surgieron líderes que se dieron cuenta de su fortaleza y de su capacidad de ayudar a otros. Las instituciones abrieron sus puertas, así como aquellos que compartieron sus viviendas, sus bienes y hasta sus alimentos. Los profesionistas pusieron sus capacidades al servicio del bien común, compartieron tiempo, experiencia y toda su energía para ayudar a quien lo necesitaba.
La reflexión sobre lo sucedido permite aprender en la adversidad. Existen diferentes técnicas para elaborar el duelo, algunas de ellas a través de las artes y de la expresión oral y escrita. La música, la pintura, la poesía y contar historias, son herramientas que se han utilizado a lo largo de la historia para procesar acontecimientos relevantes, además de dejar un legado para futuras generaciones. En el siglo XXI además existe la tecnología, y el uso responsable de las redes sociales puede facilitar la resiliencia. La conexión virtual también vincula a los seres humanos.
Decía Darwin que “las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”. #fuerzamexico
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1 http://expansion.mx/nacional/2017/09/22/como-en-el-85-costureras-quedaron-bajo-los-escombros
