Filosofía

Diferencia entre los Padres y los Doctores del Cristianismo

[fa icon="calendar"] 26/04/19 10:44 / por Gabriel González Nares

 

Cátedra Carlos Llano UP-IPADE

Los Padres y los Doctores son conjuntos diferentes pero relacionados. Los Doctores de la Iglesia incluyen eminentes maestros de la fe sin un criterio temporal. El grupo de los Padres obedece a un criterio temporal y doctrinal en la primera época del cristianismo. Por tanto, el grupo de los Doctores es más amplio en cuanto a tiempo.

Tanto en Oriente como en Occidente, el cristianismo ha dado mentes brillantes para el mundo. En su seno se han configurado grandes maestros teólogos, filósofos y humanistas. Los primeros autores cristianos que se encontraron con la filosofía y el pensamiento clásico fueron los Padres de la Iglesia.

Los Padres tuvieron acción en un rango definido de tiempo. Con precisión, del siglo I al siglo VII, tiempo en el cual el cristianismo se consolidó doctrinal e institucionalmente. Por tanto, los Padres de la Iglesia son los autores que trabajaron para la consolidación doctrinal del cristianismo a través de sus escritos y predicaciones. La época de oro de los Padres fue al rededor del siglo IV, pero, naturalmente, todos los otros siglos del período tuvieron autores brillantes y elocuentes.

Algunos Padres de la Iglesia también son llamados Doctores. ¿Es lo mismo un Padre que un Doctor de la Iglesia? Revisemos la cuestión con brevedad.

Algunos Padres de la Iglesia han recibido el título de Doctores debido a su sabiduría y magisterio. En latín, doctor significa "el que enseña". Algunos eximios Padres como San Agustín o San Ambrosio enseñaron admirablemente. Luego, los Padres que enseñan admirablemente son doctores. Esto es verdad, por años algunos Padres fueron llamados doctores. Sin embargo, la tradición se extendió a otros autores que no fueron Padres.

La tradición escolástica

Durante los siglos de la Edad Media, se desarrollaron los sistemas universitarios impulsados por el Papa, los gobernantes y los gobiernos de las ciudades independientes. En muchas de ellas los maestros pertenecían a las órdenes mendicantes, que conjuntaron estudio con vida religiosa. Varios de estos profesores recibieron el título de Doctor. Los más famosos recibieron un título en particular que conservaron con fama para la posteridad. Estos títulos fueron puestos por la tradición escolástica, ya que los alumnos y maestros comenzaron a valorar las enseñanzas de estos sabios. Así, tenemos a algunos profesores medievales famosos como Santo Tomás de Aquino, Doctor Angelicus; San Buenaventura, Doctor Seraphicus, Roger Bacon, Doctor Mirabilis; San Alberto Magno, Doctor Universalis. Otros maestros que no fueron santos pero llevaron una vida ejemplar en lo espiritual y lo académico también llevaron el título de Doctor, ejemplos de esto son Raimundo LLul que fue denominado Doctor Illuminatus, e Inocencio V, llamado Doctor famosissimus.

Vemos, entonces, que hubo algunos autores importantes que contaban con las características que hicieron a los Padres de la Iglesia destacarse:

  • Doctrina ortodoxa
  • Santidad de vida
  • Aprobación de la Iglesia

También contaron con dos características adicionales que les daban crédito para ser reconocidos:

  • Eminente erudición
  • La expresa declaración de la Iglesia.

Sin embargo, el problema era que no coincidían temporalmente con los Padres de la Iglesia, ya que el cristianismo estaba consolidado. Por tanto, no podían ser Padres aunque hubieran contribuido a la teología con la solución de nuevos problemas. Ya que estos santos sabios no podían recibir el mismo título que algunos de los santos teólogos recibieron, se comenzó a usar la tradición escolástica de llamarlos Doctores.

Esto lo explica un experto en Patrología: “El título “Doctor de la Iglesia” no es idéntico al de “Padre de la Iglesia”: a algunos de los doctores de la Iglesia les falta la nota de antigüedad, pero, en cambio, tienen, además de las tres notas características de doctrina ortodoxa, santidad de vida y aprobación de la Iglesia, los dos requisitos de eminente erudición y expresa declaración de la Iglesia”.

Dos grupos diferentes pero relacionados

Algunos Padres son Doctores de la Iglesia, pero no todos los Doctores son Padres. Esto se debe a que el título de Doctor se instauró para destacar a un pensador de importancia ajeno a la época patrística. Igualmente se instauró este título para reforzar la autoridad de algunos Padres. Tenemos que el título de Doctor se aplica con mayor extensión a santos que no fueron Padres. Y sólo se aplica para algunos Padres que fueron más destacados en lo intelectual que otros.

Vimos que la instauración del título obedece a dos criterios: al reconocimiento de los eminentes y maestros de la fe para los fieles de todos los tiempos. De este modo, el título de Doctor no queda anclado a un tiempo, sino que abarca a los autores más importantes que se consideren maestros universales. La lista de los Doctores incluye maestros desde el Siglo V hasta el Siglo XIX.

Algunos Padres fueron nombrados Doctores por decisión papal. Esto se hizo con el fin de remarcar la importancia de la tradición patrística en el grupo de los Doctores de la Iglesia. “En el Occidente, Bonifacio VIII declaró en 1298 que deseaba que Ambrosio, Jerónimo, Agustín y Gregorio Magno fueran considerados como egregios doctores de la Iglesia. Estos cuatro Padres han sido llamados también los grandes Padres de la Iglesia.”

Actualmente es potestad del Papa nombrar nuevos Doctores, que según su decisión, hayan marcado doctrinas importantes para el desarrollo de la Iglesia universal. Hasta el momento la lista de los doctores de la Iglesia es de 33, siendo 4 de ellos mujeres. La lista se agranda a medida en que algunos santos son reconocidos como maestros eminentes.

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Gabriel González Nares

Escrito por Gabriel González Nares

Gabriel González Nares es maestro en Filosofía Antigua por la Universidad Panamericana, México y licenciado en Filosofía por la misma universidad. Ha sido profesor de filosofía en el Colegio Montreal y en el departamento de Humanidades de la Universidad Panamericana, donde, en la actualidad, es profesor investigador de tiempo completo en la escuela de pedagogía. Ha asistido a congresos sobre filosofía medieval en Santiago de Chile, Nueva York, París y Atenas. Se interesa por la filosofía de la educación, la metafísica y la Dialéctica medieval, especialmente en la transición de la Antigüedad tardía a la Alta edad media latina. Es miembro de la Asociación filosófica de México y columnista en la Cátedra UP-IPADE Carlos Llano.

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