Filosofía

El relativismo y sus consecuencias

[fa icon="calendar"] 26/11/19 10:23 / por Roberto Alfonso Rivadeneyra

 

Cátedra Carlos Llano UP-IPADE

Estoy seguro de que usted ha escuchado frases como «Cada quien tiene su verdad», «Nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira» o «Todo es relativo». Hagamos un ejercicio mental. Supongamos que estas frases son ciertas. En lógica cada oración recibe el nombre de proposición. Aquí tenemos tres proposiciones: 1) Cada quien tiene su verdad, 2) Nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira y 3) Todo es relativo.

Cuando cualquiera de nosotros realiza una proposición ¿qué buscamos? Es decir, si dijera que «Las llaves están colgadas» busco comunicar un hecho, que es el lugar en donde se encuentran las llaves. Y para comunicar cualquier hecho enuncio una proposición, que sólo puede comunicar si el contenido de la misma es verdadero. Así, «Las llaves están colgadas» es una proposición verdadera. Tan verdadera que quien visite mi casa sabrá dónde están siempre las llaves. Al ser una verdad es igual para todos, no para unos sí y para otros no. «Las llaves están colgadas» es una verdad porque de hecho así es.

En cambio, si dijera «Tengo un elefante en la casa» estoy enunciando una proposición que es falsa. Lo es porque el hecho es que no tengo elefantes en mi casa (al menos no vivos). Además, es falsa para todos, no para unos sí y para otros no. Y es falsa, aunque parezca obvio, porque se contrasta con la verdad. Si hubiera un elefante vivo en mi casa tal proposición dejaría de ser falsa y se convertiría en verdadera. Jamás en relativa. Cuando enunciamos una proposición sólo puede ser o verdadera o falsa. Cuando en la preparatoria hacíamos cuadros de tablas de verdad notábamos que todo era o V o F, que en sistema binario se tradujo como 0 o 1 y es lo que permite que funcione Excel, Word y todo dispositivo electrónico.

De vuelta al párrafo inicial, tomemos alguna de las tres proposiciones. Sugiero la 3), aunque se puede realizar con cualquiera. Cuando alguna persona nos comunica que «Todo es relativo», ¿qué es exactamente lo que está buscando comunicar? La proposición tiene sólo dos posibilidades, es verdadera o es falsa. Supongamos que esta persona pretende hacernos ver una verdad, que «Todo es relativo». Pero, ¿no quedamos que si algo es verdad lo es para todos? Si la proposición «Todo es relativo» es una verdad automáticamente se convierte en absoluta, pues es para todos, es decir, toda persona que la escuche la asumirá como verdadera. El problema es que resulta que el contenido de la proposición es contradictorio con el resultado de la misma. Me explico.

La proposición «Todo es relativo» busca transmitir una verdad —que es absoluta— y ésta es que no hay verdad absoluta, sino que toda verdad es relativa. Por lo tanto, comunica lo contrario de lo que quiere comunicar. En lógica a esto se le conoce como contradicción en términos. Sería el equivalente a decir que «Toda agua seca». El agua, por naturaleza, moja. La verdad, por naturaleza, es absoluta. Toda verdad, por particular que sea, por su condición de verdad es absoluta. «Las llaves están colgadas» es una verdad particular, porque son las llaves de mi casa, pero, en tanto que verdad, es universal, pues todo el que visite mi casa corroborará dicha proposición.

Si, en cambio, con «Todo es relativo» se busca transmitir una “verdad” relativa, entonces no tiene sentido. Su relevancia es tanta como la que podría tener hablar de gustos deportivos, políticos o si se prefiere el frío al calor. Enunciar «Todo es relativo» denota la asimilación a un sistema de creencias que se implanta sobre la sociedad actual imponiendo una tiranía bajo el dogma de la libertad. Libertad sería reconocer que la verdad es absoluta y el bien aquello que debe desearse. Generalmente, detrás de dicha proposición hay un estado emocional que no quiere o no puede reconocer a la verdad, pero esa es harina de otro costal.

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Topics: verdad, Relativismo

Roberto Alfonso Rivadeneyra

Escrito por Roberto Alfonso Rivadeneyra

Doctor en Historia del pensamiento por la Universidad Panamericana (UP), maestro en Filosofía por la UNAM y licenciado en Filosofía por la UP. Actualmente es profesor investigador del Departamento de Humanidades de la UP. También colabora con sesiones para ICAMI y, en Monterrey, para el CPH. especialista en filosofía griega, ética, antropología, filosofía de la música y filosofía de la cultura. Miembro de la Asociación Filosófica de México (AFM), de la Asociación Latinoamericana de Filosofía Antigua (ALFA) y de la International Plato Society (IPS).

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