Filosofía

¿A dónde vamos según la filosofía?

[fa icon="calendar"] 23/04/17 10:00 / por Diego Espinoza Bustamante

a_donde_vamos_filosofia.pngEl consejo editorial de estos blogs me ha pedido que para este mes uno de los tópicos a tratar tuviera el título “¿A dónde vamos según la filosofía?” De ahora en adelante me referiré a este título como “la pregunta original“. A simple vista, la pregunta me pareció un tanto extraña. Después de pensar un poco, la pregunta original hedió a filosofía de la historia, y rápidamente la relacioné con Hegel. Así, a la conclusión que llegué fue que la pregunta original era una pregunta por el destino de la humanidad, el cual debía describirse o explicarse en términos filosóficos.
Si en un inicio la pregunta original me pareció un tanto extraña, ahora la extrañeza estaba en su punto más álgido. El problema aquí es que la pregunta original demasiado abarcadora y, tal vez, la única manera de dirimirla “filosóficamente” sería mediante la invención de meta-relatos o sistemas filosóficos cerrados que, hasta donde sé, son maneras filosóficas de proceder caducas e inverosímiles.

 

El sentido de la vida

Supongamos que la pregunta original equivale a preguntarse por el sentido de la vida. La pregunta por el sentido de la vida es resumen y resultado de una sospecha incómoda de que tal o cual actividad carecían de sentido; escribir un blog a marchas forzadas, por ejemplo. Imaginemos que en lugar de enfocar mi atención a la conclusión del blog, caí en la tentación de seguir la ruta suave y desordenada de mis pensamientos, hasta el punto en que la sospecha incómoda contaminó cada parcela de mi existencia: ¿qué sentido tiene nacer, crecer, reproducirse y morir? En breve: ¿qué sentido tiene la vida? (Hurtado 2016: 17).

Como todas las preguntas radicales, la pregunta por el sentido de la vida no admite términos medios: o la vida tiene sentido o no lo tiene, punto. En caso de que la vida no tuviera sentido, entonces ésta sería absurda y, por ende, cada acción humana sería igual de absurda. ¿Qué nos queda? ¿El suicidio? El suicido es una ruta comúnmente impracticable por dos motivos: el primero de corte natural, mientras que el segundo de corte moral. Desde un punto de vista natural, los seres humanos tendemos naturalmente a la preservación de nuestra propia vida; en caso contrario, hay una patología psíquica que debe ser atendida con prontitud. En cambio, desde un punto de vista moral, cada ser humano se debe a los otros seres humanos y, por tanto, le es ilegítimo suicidarse, sean cuales fuesen las circunstancias. Incluso, son las relaciones interpersonales las que detienen en la mayoría de las veces las tentativas de suicidio. ¿Qué nos queda?

 

Sentido personal y sentido trascendental

¿Acaso para que la vida tenga sentido debemos apelar a un sentido trascendental? ¿No nos basta el sentido personal? Dicho prontamente, el sentido personal de la vida es aquel que está constituido por deseos, emociones y valoraciones: escribir un libro, terminar un posgrado, formar un patrimonio. En cambio, el sentido trascendental de la vida es aquel que pretende ser válido para cualquier persona. Mientras que para muchos la carencia del sentido trascendental de la vida es el núcleo de la angustia de la existencia humana, otros creen que el sentido personal de la vida es suficiente para que la vida adquiera sentido, al margen de que haya o no un sentido trascendental (Hurtado 2016: 25-9).

Con todo, cuando acontecen las tragedias humanas, el sentido personal de la vida parece resquebrajarse. Las tragedias humanas no tienen que ser, necesariamente, algo fuera de lo ordinario; por ejemplo, una guerra o una mutilación. Pensemos, eso sí, en el desempleo, una ilusión truncada, una enfermedad crónica, la muerte de un ser querido. Si recordamos que algo tiene sentido dentro de un contexto dado, entonces nuestra vida personal tendrá sentido dentro de ese contexto. Empero, nunca alguien se mueve sólo en ese contexto: eventualmente nos saldrán al encuentro sucesos dolorosos. Si bien es cierto que el transcurso del tiempo nos ayuda a olvidar esos sucesos, siempre queda un eco de ellos (Hurtado 2016: 33-4). En ese sentido, quizá la mejor manera de superarlos –que no es lo mismo que olvidarlos– es tener sentido trascendental –visión sobrenatural, dicen unos– de la vida. Sólo así, me parece, no correremos el riesgo de vivir una vida absurda.

Ebook Nota técnica Liderazgo del remo a la partitura

Diego Espinoza Bustamante

Escrito por Diego Espinoza Bustamante

Licenciado en filosofía por la Universidad Panamericana. Actualmente trabaja como adjunto de rectoría de la Universidad Panamericana y como Asistente de Investigador adscrito al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Sus intereses filosóficos tienen que ver con metafísica de la mente, metafilosofía, filosofía cristiana y teorías de la verdad. También le interesa la historia de la filosofía medieval, de la filosofía analítica y del pragmatismo americano, así como el cultivo de autores; por ejemplo, Santo Tomás de Aquino, Guillermo de Occam, John Dewey, Ludwig Wittgenstein y W. V. O. Quine.

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