Filosofía

Datos sensoriales del conocimiento

[fa icon="calendar"] 9/12/16 9:00 / por Diego Espinoza Bustamante


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El parentesco familiar que guardan el argumento de ilusión, alucinación y relatividad perceptual es problematizar la tesis del realismo directo de que en la experiencia perceptual los agentes tenemos en algunas ocasiones conciencia perceptual de objetos ordinarios independientes de la mente; problematizando así, una concepción ordinaria de la percepción o, peor aún, una tesis implícita en el sentido común. 

Ya mencioné en otro lugar que la conclusión de estos argumentos es que de lo que somos inmediatamente conscientes en la experiencia perceptual son los datos sensoriales. Para efectos de esta entrega, simplemente anotaré los problemas ontológicos que surgen si se defiende una teoría de los datos sensoriales, dejando para la entrega siguiente sus problemas epistemológicos y un intento de solución. (Para críticas a los argumentos de ilusión, alucinación y de relatividad perceptual, véase: J. L. Austin 1962; H. Putnam (1999: 151-9); y, J. Searle (2004: 179-91))

 

Datos sensoriales, una vez más…

Hasta donde se entiende, los datos sensoriales son entidades que tienen las cualidades que se nos presentan de manera inmediata en la experiencia perceptual, las cuales se nos manifiestan a la conciencia tanto en casos de percepción verídica como en casos de ilusión y alucinación.

Según la teoría de los datos sensoriales, si yo percibo visualmente un palo encorvado dentro de un vaso de agua, entonces estoy percibiendo visualmente un dato sensorial que de hecho es un palo encorvado dentro de un vaso de agua.

El encanto de esta teoría es que mientras uno puede fallar a la hora de percibir un objeto material externo, la teoría de los datos sensoriales pretende evitar los problemas que ocasionan los casos de percepciones fallidas, alegando que la experiencia perceptual consiste en percibir inmediatamente cualquier cosa que se presente en la experiencia perceptual (L. BonJour 2010: 112-3).

 

Problemas ontológicos

Una de las tesis de la teoría de los datos sensoriales que más se opone al realismo directo es que los datos sensoriales son entidades distintas a los objetos ordinarios independientes de la mente y, por ende, no cuentan como objetos materiales o físicos. Empero, los datos sensoriales tampoco son entidades o procesos cerebrales, pues, de ser así, fallarían en manifestar las propiedades comúnmente percibidas en la experiencia perceptual.

Contra ambas posturas, la manera más practicable para pensar los datos sensoriales ha sido como entidades que existen en la mente. Sin embargo, esta tesis no deja de acarrear problemas, sobre todo si se tiene una concepción cartesiana de la mente. Este problema se activa por el hecho de que la mente al estilo de Descartes no es espacial. Por tanto, si los datos sensoriales se consideran parte de una mente cartesiana, entonces éstos no podrían manifestar cualidades que son espaciales; por ejemplo, el color y la figura.

En este contexto, lo que habría que decir como un primer sondeo para entender qué son los datos sensoriales es que éstos no son entidades físicas o mentales, pero guardan algún tipo de relación con la mente que los percibe (BonJour 2010: 113). No obstante esto, la siguiente pregunta continúa resultando insidiosa:  ¿en qué consisten los datos sensoriales?

 Los datos sensoriales también se han pensado como entidades momentáneas, es decir, que no tienen consistencia en el tiempo. El argumento es que dado que los datos sensoriales son entidades que funcionan como los portadores de las cualidades que se presentan inmediatamente en la experiencia perceptual, no hay una manera sencilla de explicar cómo sus cualidades cambian a través del tiempo, pues resulta complejo encontrar un substrato que dé consistencia temporal a cada dato sensorial percibido inmediatamente en un momento determinado.

Ahora, puesto que la experiencia perceptual inmediata siempre es cambiante, es altamente plausible que los datos sensoriales nunca tengan consistencia en el tiempo. Si ese es el caso, entonces: (2) ¿pueden existir los datos sensoriales cuando no están presentes en la experiencia perceptual? (BonJour 2010: 113-4).

Otro tipo de pregunta que debe hacerse a los promotores de la teoría de los datos sensoriales gira en torno a la cantidad de datos sensoriales que son percibidos en una experiencia perceptual concreta. Por ejemplo: si en este momento fijo mi mirada en un punto concreto del lugar en donde estoy, tengo presente en mi campo visual la puerta café de la habitación donde me encuentro, un librero, un mapamundi, un pizarrón blanco, el escritorio sobre el cual trabajo, dos sillas, libros, cajas de cartón, papeles y un largo etcétera. En este contexto, las siguientes preguntas son acuciantes: (3) ¿hay un dato sensorial para cada objeto que percibo? O, (4) ¿no será más bien que todo mi campo visual es un solo dato sensorial? (BonJour 2010: 114

 

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Topics: Metafísica, Ontología, Datos sensoriales

Diego Espinoza Bustamante

Escrito por Diego Espinoza Bustamante

Licenciado en filosofía por la Universidad Panamericana. Actualmente trabaja como adjunto de rectoría de la Universidad Panamericana y como Asistente de Investigador adscrito al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Sus intereses filosóficos tienen que ver con metafísica de la mente, metafilosofía, filosofía cristiana y teorías de la verdad. También le interesa la historia de la filosofía medieval, de la filosofía analítica y del pragmatismo americano, así como el cultivo de autores; por ejemplo, Santo Tomás de Aquino, Guillermo de Occam, John Dewey, Ludwig Wittgenstein y W. V. O. Quine.

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